Explorando las Olas de Historia en el Puerto de Comillas 🚲🌊
Cerremos los ojos un segundo. Imagina este puerto como el guerrero invencible de Comillas, defendiéndose de los temporales del Noroeste, Norte y Nordeste con su dique poligonal imponente. ¿La clave de su defensa? Una compuerta estrecha de solo 9 metros de ancho, hecha de vigas de madera con las que se cierra la dársena cuando hay mareas fuertes o resacas que ponen en peligro las embarcaciones del interior ¡La puerta secreta que se cierra cuando las mareas se vuelven salvajes!
Es fascinante retroceder en el tiempo y explorar la rica historia marina de Comillas.
Durante muchos años la actividad marinera de Comillas estuvo vinculada a la playa, ya que el puerto no se construyó hasta 1603. Tuvieron que pasar más de 100 años hasta que por fin en 1716 se consiguió terminar después de un impresionante esfuerzo comunitario del pueblo y una dedicación a la conexión con el mar. La inversión de más de 30.700 ducados demuestra la importancia que los comillanos otorgaban a la creación y mantenimiento de esta infraestructura vital. La ubicación geográfica es la que determina que la pesca en Comillas ya fuese desde antaño una de las principales actividades económicas. En un principio, se realizaba con pinazas que varaban en la playa. El fin era satisfacer las necesidades de la población o bien efectuar el trueque con pueblos vecinos.
Desde ese momento la actividad pesquera de Comillas tenía una predilección especial: la caza de ballenas. La importancia de esta tradición fue tan grande que Comillas se mantuvo como el último puerto santanderino que conservó su tradición ballenera hasta bien entrada la era del siglo XVIII.
La famosa Peña Blanca, situada justo debajo de las bodegas de los marineros, tiene el honor de ser el lugar donde solían arrastrar las piezas de los cetáceos para su despiece.
Pero no solo de ballenas se trataba. La pesca en Comillas era variada y abundante. En invierno, los pescadores se lanzaban en busca de besugo y congrio, mientras que en verano, la sardina y el bonito eran las estrellas de la temporada. Una tradición rica en historia y sabores del mar que aún hoy se puede sentir al explorar este encantador rincón costero.
Y no pienses que solo se trataba de pesca. Este puerto ha sido un centro de exportación de blenda y calamina en sus días dorados. ¡Incluso importaron carbón y cemento, llevando la actividad comercial a otro nivel!
Para mantener vivas las tradiciones, el puerto tenía su propia Cofradía de Pescadores desde el siglo XIV, llamada del Santo Cristo del Amparo. Pero, como en toda buena historia, llegó una época de cambios en el siglo XVII debido a la disminución de barcos y pescadores.
Caminando por el puerto, encontrarás la Lonja de pescado que se levanta con orgullo desde 1942. Un edificio de estilo montañés que agrega carácter al lugar, construido sobre los cimientos de un antiguo almacén de minerales.
Y no podemos olvidar a Jesús Cancio, el “poeta del mar”. En el espigón, una placa de bronce con su busto y un bajorrelieve rinden homenaje al hombre que encontró inspiración en las olas y las historias del Puerto de Comillas.
En resumen, este puerto no es solo agua salada y barcos, es un testigo viviente de la historia, con sus altibajos, hazañas marinas y una mezcla única de tradición y modernidad. ¡Bienvenidos a la historia vibrante del Puerto de Comillas, donde cada ola cuenta una historia y cada giro de la rueda revela un nuevo capítulo! 🚲🌊✨
