Cabezón de la Sal es el centro de todo en la comarca Saja Nansa. Es una villa que está justo al lado de las carreteras más importantes de la región y que, además, está construido sobre un montón de sal que la gente ha estado sacando desde tiempos inmemoriales. Pues bien, ese lugar es Cabezón de la Sal.
El municipio de Cabezón de la Sal tiene una localización geográfica estratégica, lo que ha definido su papel histórico a lo largo de los últimos siglos. Estar al lado de las principales vías de comunicación regionales y geológicamente sobre un diapiro salino, cuyo yacimiento fue explotado durante siglos, han hecho que sea cabecera de la comarca Saja Nansa, aglutinando una importante oferta comercial y teniendo en el sector servicios, además de la industria textil, su principal recurso económico. Aquí es donde todo sucede: el bullicio del ocio, las actividades formativas, una amplia gama de servicios, comercios que van desde lo tradicional hasta lo más moderno, negocios de todo tipo, e industrias que impulsan la economía de la zona.
El municipio está constituido, además de por la propia villa por los pueblos de Bustablado, Duña, Cabrojo, Carrejo, Casar de Periedo, Ontoria, Periedo, Santibáñez, Vernejo y Virgen de la Peña.
Cabezón de la Sal es un testimonio vivo del pasado cántabro. Pasea por sus calles empedradas y descubre la arquitectura tradicional que se mezcla con la atmósfera serena del lugar. La Iglesia de San Cristóbal, que data del siglo XV, es una joya arquitectónica que transporta a los visitantes a épocas pasadas.
El encanto del casco viejo se revela a medida que exploras sus calles estrechas, donde conviven edificaciones variadas, palacios con historia, fuentes antiguas, balconadas típicas y fachadas de sillería. Mientras deambulas por estas calles con historia, tendrás la oportunidad de sumergirte en la cultura local y en sus tradiciones. La zona está salpicada de acogedores bares y restaurantes, donde podrás descansar, recargar energías con deliciosas tapas y saborear el vino blanco de solera característico. Las tiendas, dispuestas estratégicamente, ofrecen una variedad de productos para satisfacer las demandas de los visitantes, capturando la autenticidad de la vida en la villa.
Este casco histórico no solo es un escaparate arquitectónico, sino también el escenario vibrante de festividades destacadas como el Día de la Virgen del Campo, el Día de la Montaña y la celebración deportiva de los “10.000 del Soplao“. Cada sábado, la villa despierta con el bullicio del mercado semanal, donde más de 75 puestos exhiben productos autóctonos como hortalizas, legumbres, embutidos, quesos, miel, orujo, vinos y dulces, deleitando a lugareños y turistas por igual. Entre los puestos, también encontrarás una variada oferta que incluye ropa, calzado, complementos, flores y muebles usados. Todo esto contribuye a hacer del mercado un verdadero reflejo de la vida y la tradición local, ofreciendo una experiencia única en cada visita.
En el apartado natural el municipio destaca por su cercanía al Parque Natural Saja-Besaya y al Parque Natural de Oyambre pero sobre todo por albergar el Espacio natural protegido de las Secuoyas del Monte Cabezón, declarado Monumento Natural.
Cabezón de la Sal es mucho más que un destino; es una experiencia que te invita a sumergirte en el corazón de Cantabria, donde el pasado y el presente convergen para crear recuerdos inolvidables. ¡Ven y descúbrelo por ti mismo!
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