En el corazón del Parque Natural de Oyambre se encuentra el municipio de San Vicente de la Barquera, una joya que deslumbra con su rica historia y su entorno privilegiado. Este rincón se compone de varios pueblos, cada uno con su propia esencia: Abaño, La Acebosa, El Barcenal, Gandarilla, El Hortigal, Los Llaos, La Revilla, Santillán-Boria y la capital, San Vicente de la Barquera. Constituye una de las más conocidas y bellas estampas de toda la cornisa cantábrica.
Su estratégica ubicación a orillas del Cantábrico ha otorgado a San Vicente de la Barquera un papel crucial en la historia regional. La ciudad, especialmente su capital, ha sido un importante puerto desde la época del Imperio Romano. El comercio de la sal, esencial para la conservación del pescado mediante salazón, contribuyó significativamente al auge de la actividad pesquera, una tradición que perdura hasta hoy convirtiendo a San Vicente en un puerto pesquero de referencia.
Las antiguas rutas de peregrinación, como el Camino de Santiago del Norte y el Camino Lebaniego, han cruzado este territorio, atrayendo a miles de peregrinos de todo el mundo. Estas sendas históricas no solo conectan lugares, sino que también revelan la profunda riqueza cultural y espiritual de San Vicente.
Centrándonos ahora en su casco histórico entre sus tesoros destacan el imponente Castillo del Rey, las majestuosas murallas que abrazan la ciudad y la sublime Iglesia gótica de Santa María de los Ángeles. Desde estas elevadas fortificaciones, se despliegan vistas panorámicas que otorgan a los visitantes una perspectiva única de esta villa marinera.
San Vicente de la Barquera cuenta con dos puentes. Uno a la entrada del municipio según vienes de Comillas, llamado Puente de la Maza y que es el protagonista principal de las postales de la villa. Sus arcos reflejan la elegancia de la ingeniería y ofrecen una bienvenida visual impresionante. Mientras tanto, el Puente de La Barquera, en la salida hacia el puerto, se convierte en un vínculo encantador entre el casco histórico y la vida marinera.
Si algo caracteriza al municipio son sus playas. Hay para todos los gustos: grandes, pequeñas, calas, a mar abierto o refugiadas en la ría.
Playa de Fuentes, se conoce como la “de la nuclear”. En los años 70 de siglo XX, hubo un proyecto de instalar una central nuclear que no se llevó a cabo pero sí dejó el sobrenombre y una zanja junto a la playa. Más que una playa es una cala. El camino que va desde esta playa al faro es un lugar perfecto para ver el atardecer.
Playa de La Maza, conocida como la “playa de los vagos”, ya que el que no quería caminar hasta la playa “de las olas”, se quedaba ahí. Es la playa habilitada para perros todos los días del año.
♦ Playa del Tostadero, una playa refugiada de los vientos que literalmente es un “tostadero” por el calor y perfecta para el bronceado. Es también el punto de partida para la práctica de los deportes náuticos (vela, esquí acuático, windsurf, piragüismo, etc.).
♦ Playa del Rosal, comienzo de la playa “de las olas”.
♦ Playa de Merón. Es la playa por excelencia debido a su longitud de 4 km. Se divide en varias partes: El Puntal, El Rosal, Merón, Bederna y Peñas Negras en Gerra.
Se encuentra en mar abierto y es extraordinaria para la práctica del surf, gracias a sus espectaculares olas. Por ello, en ciertas ocasiones, se recomienda seguir escrupulosamente las indicaciones del personal de Protección Civil. Esta playa tiene una gran afluencia de gente.
♦ Playa de Oyambre, situada al otro lado del cabo y compartida con el vecino municipio de Valdáliga. Sus alrededores son de extrema belleza, ya que se encuentra enclavada dentro del Parque Natural de Oyambre. Es una de las playas más bonitas de Cantabria y para muchos incluso de España.
En los últimos años especialmente Gerra ha sufrido un gran auge por el fenómeno del rayo verde, un efecto óptico que dura uno o dos segundos al salir o al esconderse el sol. Aunque cualquier época del año es perfecta para ver un atardecer aquí, es cierto que en los meses estivales las praderas de Gerra se llenan de visitantes dispuestos a disfrutar de una tarde mágica contemplando como el sol se esconde detrás del mar. Cada día será un momento único e irrepetible. Un regalo para todos los sentidos.
Desde EnbiciaComillas te aconsejamos visitar San Vicente con nuestras ebikes. Además de evitarte las largas colas que en los meses estivales se forman en su Puente de la Maza podrás disfrutar de un recorrido por la costa que te dejará boquiabierto. Con el sonido del mar de fondo y la brisa marina acompañándote cada pedalada conocerás uno de los pueblos más bonitos de Cantabria mientras te diviertes con nuestras ebikes.
Detente donde desees, contempla las olas, captura esos momentos especiales con una foto. Recorre los dos puentes de San Vicente y admira su imponente castillo mientras disfrutas de la libertad que brindan nuestras ebikes. ¡Vive la aventura y la diversión en cada rincón de San Vicente con EnbiciaComillas!
