Comillas es uno de los pueblos más bonitos de Cantabria, y eso es algo indiscutible. Se trata de una villa marinera en la costa occidental cántabra con poco más de 2100 habitantes. A pesar de su tamaño, esta localidad tiene una gran importancia histórica y cultural, por lo que es considerada como uno de los destinos turísticos más populares del norte de España.
La Villa de Comillas fue declarada conjunto histórico-artístico en 1985. Sus calles empedradas, su arquitectura modernista, los palacetes y sus numerosos monumentos como el Capricho de Gaudí, el Palacio de Sobrellano o la Universidad Pontificia de Comillas, hacen que todos los veranos se llenen sus calles de turistas y que sea el lugar de veraneo escogido para muchos.
Se la conoce también como la «Villa de los Arzobispos», por ser la localidad natal de numerosos obispos y arzobispos importantes. Fue también cuna de otros hombres ilustres como Jesús Cancio, el poeta del mar y fue durante muchos años lugar de veraneo de prestigio. A día de hoy son muchos los famosos que se acercan a conocer y disfrutar Comillas.
Pero además de su patrimonio arquitectónico, también cuenta con un entorno natural privilegiado.
A un lado, un paisaje costero con el mar cantábrico de fondo y un sin fin de acantilados, una playa de fina y dorada arena con algo más de 500 metros de longitud y un puerto con mucha historia, siendo el último puerto ballenero del Cantábrico y el más pequeño de todos.
Frente a esto, un paisaje de interior, configurado por verdes praderas que se disponen como antesala del Monte Corona. A esto le tenemos que sumar que junto a San Vicente de la Barquera y Valdáliga, Comillas forma parte del Parque Natural de Oyambre, una de las zonas más valiosas del litoral cántabro por su riqueza faunística, botánica y paisajística.
Por todo esto y mucho más merece la pena visitarla y disfrutar de su gente y de su paisaje.
